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Sandra González Checa es, además, neuropsicóloga y emprendedora del Espacio Primavera. El nombre del lugar fue elegido a conciencia.  “Espacio” viene de que es un lugar donde da cabida a que los pacientes cuenten sus problemas con tranquilidad. Por otro lado, la palabra “Primavera” está relacionada con lo que es la Salud Mental, pues es un momento de resurgir, de despertar, cuando salen las flores de la primavera, después de pasar momentos críticos, dando así una sensación optimista y de esperanza a los pacientes.

A la hora de diseñar el espacio, Sandra tuvo en cuenta tanto a los pacientes como a los futuros trabajadores que habría ahí durante muchas horas a la semana. Era consciente de que quería crear un lugar de trabajo que fuese amigable para ella y para otras personas de la misma forma en la que a ella le gustaría. De hecho, las paredes que separan cada sala, son en parte cristaleras. Estas cristaleras eran unas antiguas correderas, y Sandra diseñó con papel y boli donde quería que estuvieran. Se cortaron a medida y se pusieron en la parte superior de las paredes para que todas las salas llegaran a tener luz natural.


En relación a esta filosofía de empresa, los trabajadores del Espacio Primavera se encuentran en un sistema horizontal, dónde cada uno es autónomo y Sandra les cede el espacio para que puedan llevar a cabo las terapias, a cambio de una pequeña retribución económica. De esta manera, los profesionales tienen libertad de horario, de tarifas, de beneficios, etc. Puesto que para Sandra, a los profesionales que trabajan en el Espacio les ha costado un trabajo enorme también llegar hasta dónde están, y ella no tiene que estar por encima de los demás.


En el caso de Sandra, lo que la impulsó a emprender fue, como en el de muchos otros emprendedores, la pandemia. Aunque ella siempre ha sido inquieta y siempre le ha gustado poder hacer las cosas a su manera, en sus comienzos no sabía de qué forma acabaría trabajando. Durante la pandemia Sandra estaba de alquiler en otra clínica y colaboraba con muchos otros centros y cada vez tenía más responsabilidades, por lo tanto, quiso hacerlo ya por su propia cuenta.


Tenía algunos conocimientos previos, ya que había colaborado hacía años en la empresa de su padre, quién le enseñó cosas básicas de finanzas, cómo hacer una factura, un recuento de gastos, beneficios y pérdidas, etc. No obstante, una vez comenzó la obra, empezaron los problemas. Al ser post-pandemia no había materiales, que si justo coincidió con otra obra en el bloque, que si no invertir hasta que terminara el trimestre, etc.

Por un lado, su gran apoyo fue su tío, que era el anterior dueño del local. Él sabía de reformas y de perseverancia, le ayudó y la animó a seguir. Y por otro lado, recibió ayuda del programa de emprendimiento femenino UNIVERGEM llevado a cabo por UGR Emprendedora. A través de ese programa, recibió asesoramiento de Jesús, un empresario senior perteneciente a SECOT, que le ayudó a poner un poco de sosiego a toda la prisa e impulsividad que llevaba ella. Además, recibió una dotación económica que fue un pequeño impulso para la base que se necesita para emprender. 


No obstante, gracias a los problemas que surgieron (tuvieron que cambiar hasta la fachada, y quedó ahora mucho más en sintonía con lo que es la imagen del espacio Primavera) ella los utilizó como fuente de aprendizaje. También aprendió  la importancia de la salud propia y  esto le sirvió en parte para retomar una pasión que había dejado por casi 10 años: el atletismo. Siendo así, se planteó una carrera de 5km, una de 10km, media maratón, y finalmente una maratón, la cual coincide con la apertura del Espacio Primavera. 


En este sentido, su percepción de lo que es el trabajo ha cambiado, pues ahora emprender se lo toma como una carrera de fondo. A día de hoy está federada a las carreras de alta resistencia por montaña, y después de trabajar 3 o 4 días, se va a la montaña que tenga que hacer, se pasa el día corriendo, y después vuelve el martes a trabajar, renovada y con más capacidad de concentración. Esto le permite ser más eficiente los 4 días de la semana que trabaja, y eso que ella ha sido una persona que durante 8 años ha trabajado de lunes a domingo con un fin de semana libre al año. 


“Si no permites tiempo o no te dedicas tiempo a tu salud se lo vas a tener que dedicar, o ese tiempo va a ser a la enfermedad.”

Por último, como consejo para los jóvenes de hoy en día que quieran emprender o se lo planteen por el camino, Sandra recomienda que se hagan un buen listado de todo lo que se ofrece de forma gratuita, desde formaciones, concursos de ideas, ayudas económicas, campamentos de emprendimiento, etc., porque eso es lo que le ha abierto muchas de las puertas para llegar hasta dónde está a día de hoy: desde subvenciones, créditos del banco, conocimientos empresariales, hasta amistades que ha hecho en dicho tipo de actividades y que sigue manteniendo hoy en día.