Buenos días, ¿qué estudiasteis?
Somos graduados en Antropología Social y Cultural por la Universidad de Granada.
¿Por qué decidisteis emprender? ¿Os lo imaginabais cuando estudiabais?
Nuestro proyecto nació con la idea de visibilizar las salidas profesionales de la antropología fuera de la academia. Ninguno de los dos queríamos seguir el camino académico tradicional, pero tampoco sabíamos que posibilidades laborales existían más allá de la Universidad. Por tanto, el proyecto comenzó con un doble objetivo: visibilizar el valor de la antropología y mostrar a los alumnos las posibilidades laborales que podían existir.
Poco a poco comenzamos a tener mayor repercusión y comenzaron a llegar los clientes. El proyecto “pivotó” y acabamos siendo una empresa.
Durante los primeros años de la carrera no nos imaginamos emprendiendo, no pensábamos en ello. Pero en el último año sentimos la presión de la falta de salidas profesionales, y fue ahí cuando decidimos que debíamos montárnoslo por nuestra cuenta.
¿A qué se dedica la empresa?
Antropología 2.0 es una agencia de investigación etnográfica pionera en la aplicación de la antropología en las empresas. Desciframos la complejidad de las personas para generar insights de alto valor sobre los que construir estrategias exitosas.
Nuestra labor consiste en conectar a las empresas con las necesidades reales de las personas. A través de investigación, formación y consultoría somos capaces de detectar esas necesidades y contribuir al diseño centrado en las personas, a la investigación de mercados o a la gestión organizacional.
¿Qué consejo le daríais a los miembros de la UGR que se plantean emprender?
En primer lugar, que tengan muy claras las causas por las que quieren emprender. Es un camino muy duro, que requiere muchísimas horas de trabajo, mucho estrés y un cierto capital inicial. Si no quieres gestionar una empresa, con todo lo que conlleva (propuesta de valor, estrategia, contabilidad, organización, marketing, etc..) es mejor que busques un empleo por cuenta ajena.
En segundo lugar, que busquen un nicho de mercado en el que se sientan cómodos. Cuando empiezas un proyecto no puedes estar en todos lados, por mucho que quieras. Debes tener un foco muy definido o malgastarás tus recursos iniciales, que suelen ser limitados.
Antes de montar cualquier estructura, espera a tener tu primer cliente y construye posteriormente sobre ello.
En tercer lugar, que no tengan miedo de compartir sus ideas. Mucha gente teme que le “roben” las ideas, pero lo importante al final no es tanto la idea sino la ejecución de la misma. Compartir tus ideas con otra gente te ayuda a ver y entender cuestiones que ni siquiera te habías planteado.
Por cierto, por mucho que se suela hablar de los “éxitos” del emprendimiento, es en los fracasos donde más se aprende.
En cuarto lugar, que trabajen en relación a lo que quieren ser, no a lo que son actualmente. La proyección y la autoconfianza son dos aspectos esenciales en el emprendimiento. Debes actuar y pensar como si ya hubieses llegado al objetivo que has planteado, y tenerlo permanentemente en la cabeza.
Por último, que aprovechen las herramientas y conexiones digitales. Internet es un inmenso escaparate con unos costes de exposición bajísimos. Antes se requería muchísimo capital para hacer llegar tu propuesta a tus clientes potenciales. Hoy en día basta con un blog y una página de Facebook, que es como empezamos nosotros.