- Una presentación.
Mi nombre es José María Terrés, soy profesor en la Escuela de Ingeniero Civiles y también tengo docencia en Electrónica y en Ingeniería Química. La docencia tradicional que he tenido ha sido dinámica estructural en ingeniería de alimentos. Esto hila mucho con la actividad empresarial que llevo desarrollando estos últimos años.
- ¿A qué se dedica la empresa?
La empresa se dedica a estudiar el efecto del viento en sistemas de ingeniería civil y edificación. Fundamentalmente, puentes de gran longitud y edificios de gran altura, en los que, a diferencia de los sistemas estructurales tradicionales, el viento es el que diseña las estructuras y no los pesos de los materiales o la sobrecarga de usos. La Torre Pelli en Sevilla o las cuatro torres de la antigua zona asca de Madrid son estructuras que se diseñan por la acción del viento y no por el peso de los materiales.
Nosotros damos a los ingenieros estructuristas y arquitectos los datos para que puedan hacer ese diseño. Normalmente se fomentan en ensayos de túneles de vientos de capa límite o modelizaciones numéricas.
- ¿Cómo se llama la empresa?
La empresa se llama Oritia y Boreas. El nombre proviene de dos dioses del viento poco conocidos. Hay una historia entre los dos.
- ¿Qué te llamó a emprender?
Porque a través de la universidad habíamos prestado servicios de investigación aplicada, en algunos casos, de efectos de viento.
Nos dimos cuenta de que las necesidades en términos de plazo y costes que te mandaba la industria obligaban a que esos servicios se prestasen desde la propia industria para que respondiesen con la agilidad necesaria. Todo esto puesto que eran métodos que ya estaban bastantes contrastados y empezaban en todos los países desarrollados a emanar de la universidad al sector de la empresa.
Vimos que ese era el marco adecuado y decidimos emprender ese camino después de darle muchas vueltas.
- ¿Qué les dirías a los profesores sobre cómo es compaginar la docencia con la empresa?
Compaginar tiene sus momentos duros, como el que estoy viviendo ahora mismo, que es cuando más docencia estoy teniendo. Hay que buscar huecos para seguir dando buenas clases o intentarlo, sé que es difícil. El ejercicio profesional tiene una recompensa, que es ver la utilidad directa de tu trabajo aplicada a proyectos concretos.
Les diría que, si les gusta su campo de investigación, a pesar de las grandes dificultades que puede tener el sacar una empresa adelante, recompensa mucho la satisfacción e ilusión de ver que tu trabajo sale hacia delante.