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Cuéntanos un poco quien eres.

Mi nombre es Ignacio Tamayo y trabajo en la Universidad de Granada como profesor en el Departamento de Organización de Empresa 1. Aparte soy el presidente y director de una ONG en desarrollo que se llama Asociación Solidaria Andaluza de Desarrollo (ASAD) y a través de esa ONG, que la creamos hace 13 años, llevamos a cabo acciones y proyectos de desarrollo en países del sur global, antes llamados países en desarrollo. Hemos trabajado en Guatemala, en Cabo Verde, en Camboya, En Guinea-Bissau y en República Dominicana. Además llevamos proyectos de educación y sensibilización en temáticas sociales, en temas de género, de diversidad cultural, sostenibilidad ambiental y económica y en Derechos Humanos.

2- ¿Qué estudiaste?

Estudié Administración y Dirección de empresas en la UGR, entre el 93 y el 97.

3- ¿Por qué decidiste emprender?

Decidimos emprender ante el deseo y necesidad de llevar a cabo acciones de sensibilización y de promoción de voluntariado en nuestro entorno, aquí en la UGR. También porque habíamos estado en Guatemala en un proyecto y decidimos escribir una propuesta para recaudar fondos. Necesitábamos una forma jurídica, y fue ahí cuando decidimos crear la asociación. A partir de aquí comenzó la actividad.

4- ¿Qué le dirías a profesores y estudiantes sobre tu experiencia emprendedora?

A los profesores les diría que emprender es la mejor de manera de poner en práctica los conocimientos que enseñamos en la facultad. Particularmente en el área del departamento de organización de empresas, que es donde yo trabajo. Les diría que pongan en práctica todo lo que enseñan, ya sea en el mercado o en el tercer sector, como es en mi caso.

Al alumnado igual. Yo imparto clase en Trabajo Social y doy una asignatura de gestión de ONGs, de cómo crear su ONG, en la que les gustaría trabajar. Esa es una gran manera de poner en práctica todo lo que has ido aprendiendo. Por ejemplo, en nuestra ONGs tenemos muchos alumnos contratados, recibimos prácticas y mucha gente que quiere hacer voluntariados. Cuando vemos que hay estudiantes que han creado sus propias organizaciones y que están arrancando lo valoramos positivamente. Es una manera de aplicar conocimiento, de poner en práctica los aprendizajes y de un empoderamiento laboral. Eso te va a abrir puertas en otras organizaciones y serás capaz de tomar decisiones de dónde quieres aprovechar tu tiempo.